En un Paraninfo lleno a rebosar, la Universidad de Barcelona invistió el 19 de marzo doctor honoris causa al químico Rafael Foguet por su trayectoria de 53 años demostrando su valía con numerosos aportaciones científicotécnicas y ocupando altos cargos de dirección y gestión en distintas empresas e instituciones académicas. En el mismo acto, Foguet apadrinó la entrega de los Premios Extraordinarios de Doctorado del curso 2008, así como el XIII Premio Claustre de Doctors.

Redefinir la interacción entre Empresa, Universidades y Centros de Investigación, y la Administración

En su discurso de investidura, bajo el título “Valoración intensiva de las fuentes de investigación bajo una óptica industrial”, Rafael Foguet abogó por redefinir y agilizar la interacción entre las tres entidades genéricas implicadas en la investigación: Empresa, Universidad* (concepto en el que engloba asimismo el CSIC y otros centros de investigación no empresariales) ,y Administración pública, con el fin de un mejor aprovechamiento de los recursos actuales y futuros de conocimiento y tecnología. “Sería bueno rediseñar una estrategia y reestructurar la dinámica basándonos en la interacción de Empresa, Universidad* y Administración” señaló Foguet, “dado que, si bien ya existen entre ellas relaciones de diversos tipos, la realidad es que se aprovecha una mínima parte de su potencial”.

En España, el 55% del total del gasto en I+D corresponde a la empresa. “Es un porcentaje que, si bien es superior al público, no es suficiente para un país que quiere ser industrial”, apuntó Foguet. “Y tampoco ayuda a la industrialización el que el 45% de la universidad* tenga un bajo contenido tecnológico o de aplicación”.

Convertir la investigación en un producto, un proceso o un método

Foguet apuntó que la situación óptima sería la de una investigación mixta, parte en las empresas y en parte, concertada con centros externos. “La universidad* debería poner en valor nuevos conocimientos, y podría recuperar buena parte del gasto que implica con una venta importante de tecnología a la empresa”. “Es un gran reto para la universidad* española, que debería modificar su estrategia en algunos campos de conocimiento; en ciencias experimentales, la meta no sería únicamente investigar para hacer ciencia y publicarla, sino también para convertirla en un producto, un proceso o un método que aporte ventajas respecto a los actuales, o que abra nuevas aplicaciones”.

Para el nuevo honoris causa, la transferencia de tecnología y servicios de la universidad* a la empresa debe ser el objetivo de un país como el nuestro. La empresa por su parte, “a partir de su propia investigación y de la que compra a la universidad*, debe generar la tecnología para la industrialización necesaria y debe transferirla directamente al mercado en forma de productos o servicios”. “En cuánto a la Administración pública, le corresponde estimular las dos fuentes creativas anteriores con la legislación adecuada y con incentivos económicos directos a la universidad* o indirectos, con una acertada política industrial, en el caso de la empresa”.

Rafael Foguet se licenció en Ciencias Químicas en 1957 en la Universidad de Barcelona con premio extraordinario e inició el mismo año un equipo de investigación en el Grupo Empresarial Cros. En 1968 es nombrado director técnico y en 1970, director general de producción y ventas. En 1974 deja voluntariamente el Grupo Cros y es nombrado consejero delegado de las empresas de Carles Ferrer Salat, constituyendo al cabo de poco el Grupo Ferrer Internacional. En 2005, a la edad de 72 años, decidió jubilarse voluntariamente para dedicarse más intensamente a las instituciones con las que siempre ha colaborado. José Costa, catedrático emérito de la UB y decano del Colegio Oficial de Químicos de Cataluña, apadrinó la ceremonia representando la petición formulada por el Ilustre Colegio Oficial de Químicos de Cataluña y ratificada por la Facultad de Químicas de la Universidad de Barcelona.

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Concepció Roca
Asesora de Desarrollo de Proyectos FORO QUÍMICA Y SOCIEDAD

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