El cloro y la sosa cáustica son la base para la producción de una amplia gama de productos y procesos que ayudan a paliar el fenómeno del cambio climático. El empleo de materiales como el poliuretano y el PVC en la construcción permiten ahorrar energía y contribuyen a reducir las emisiones de CO2. Otro ejemplo puede ser el uso de espuma de poliuretano que, aplicada a equipos de refrigeración, reduce el consumo de energía, o el uso de materiales ligeros, como el PVC y el policarbonato, para bajar el peso de los coches.
El Consejo Europeo de la Industria Química (CEFIC por sus siglas en inglés) ha participado en la publicación del libro “Turning the Tide on Climate Change”, centrado en el problema del cambio climático y las medidas que podrían ayudar a paliarlo. El autor es Robert Kandel, un reconocido científico del Laboratorio de Meteorología Dinámica de la Escuela Politécnica de París, quien afirma en su publicación que la gran variedad de materiales provenientes de la química del cloro contribuyen a frenar el cambio climático.
El libro, que recoge información de reconocidos organismos internacionales, se dirige a un público no especialista en la materia con el objetivo de demostrar que las soluciones aportadas por la industria química, si se gestionan adecuadamente, pueden ofrecer soluciones sostenibles para mitigar el cambio climático. La publicación pretende mostrar el poder que puede alcanzar la innovación química cuando todo el mundo la conoce y comparte.
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Dolores Rosales
ANE (Asoc. Nac. de Electroquímica)
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