No todo sirve para fabricar juguetes: los niños los muerden, los chupan, los arrastran, se los olvidan en el jardín bajo la lluvia... sean cuáles sean las condiciones a las que se les somete, es vital que el material de que esté hecho el juguete no libere ningún compuesto que pueda presentar un riesgo para los pequeños.
Investigadores del Fraunhofer Institute for Chemical Technology ICT en Pfinztal (Alemania) y Tecnaro GmbH, una spin-off del Fraunhofer, han desarrollado el denominado Arboform®, un bioplástico fabricado al 100% a partir de materiales renovables. La base del material es la lignina, que la industria papelera extrae de la madera pero no utiliza en la fabricación de papel. Tecnaro mezcla la lignina con fibras naturales de madera, cáñamo o lino, y le añade aditivos naturales como la cera. A partir de ahí, producen un granulado plástico que puede ser moldeado.
Este procedimiento era conocido y de hecho existían ya algunas aplicaciones de los bioplásticos en el sector de automoción, pero no podía aplicarse a juguetería debido a la utilización de compuestos sulfurosos en la separación de la lignina. Estos compuestos presentan varios inconvenientes, uno de ellos el de oler mal. Pero si se eliminaban, el material resultante era soluble en agua y por lo tanto no podía utilizarse en la fabricación de juguetes. Añadiendo aditivos, los científicos han conseguido modificar el bioplástico de forma que resiste el contacto del agua y de la saliva. Y además puede reciclarse sin problemas: han probado a fabricar componentes, triturarlos y reprocesarlos hasta 10 veces, sin que se detecten alteraciones en el nuevo material.
Schleich GmbH ha fabricado ya figuritas de Navidad de Arboform®, y hay otros productos en cartera.
Más información:
Fraunhofer-Gesellschaft
www.fraunhofer.de
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